A LA JOSÉ L DAMAS

Pedro Raul Solórzano P

Estimados amigos, ustedes se han mantenido tan unidos en el implacable tiempo que es imposible estar ajeno a la celebración de sus cincuenta años borleados. Los ha mantenido unidos su Parque José L. Damas, que tuvieron el generoso gesto de sembrar en un área tan concurrida de nuestra querida facultad, y de mantener en toda su belleza natural cada vez que celebran sus éxitos académicos. También los une El Corocillo, que no es la terrible maleza que infecta algunos campos agrícolas, sino un instrumento divulgativo que relata sus andanzas por el mundo, ligeras crónicas donde están envueltos algunos de ustedes, semblanzas familiares, efemérides de la vida nacional y otras manifestaciones literarias de los integrantes de esa promoción y de amigos de ustedes. 

La camaradería que reinaba en la Facultad de Agronomía de los años sesenta permitió que los estudiantes, profesores, empleados, obreros, nos integráramos en una relación más allá del respeto académico, en una relación de amistad, en la cual todos éramos simplemente parte de aquella querida institución. ¿Cómo olvidar las reuniones políticas en tiempo de elecciones estudiantiles y de las elecciones que sobrepasaban las fronteras universitarias? ¿Cómo olvidar las tertulias en el cafetín o en los amplios corredores de aquellos edificios? ¿Cómo dejar de recordar los encuentros deportivos internos y los inter facultades? En fin, cómo olvidar tantos acontecimientos cotidianos donde participábamos todos, ustedes, nosotros, los de más adelante y los de más atrás. 

En su promoción, además, participan algunos que fueron nuestros compañeros de aulas y laboratorios durante varios semestres. En mi caso particular, también participan algunos que fueron mis alumnos cuando siendo aún muy joven, tuve la suerte de poder colaborar en su formación desde el estrado del Preparador o desde el estrado del Profesor. Otros, han sido mis compañeros de labores en la vida profesional. 

Los felicito por esa unidad que es tan necesaria para el éxito de los planes de cualquier organización, y para el logro de los objetivos que nos proponemos en el tránsito terrenal. El cincuentenario de la promoción es una fecha para disfrutarla, para llenarnos de recuerdos cuando miramos atrás y nos vemos batallando con la matemática, la física, la química, la biología, la educación, la filosofía, y con todas las áreas afines del conocimiento, que teníamos que superar para llegar al Aula Magna de esta maravillosa institución que es la Universidad Central de Venezuela. En lo personal, creo que estuve cincuenta años esperando para celebrar esa importante fecha y no pude estar allí, con mis condiscípulos, compartiendo nuestros logros y contratiempos, nuestra contribución con el país que nos vio nacer y que en ese momento y ahora, por desgraciadas circunstancias, nos mantiene separados en el espacio. Por eso, no dejen de disfrutar ese momento que se aproxima en el venidero mes de mayo. También recordemos a Andrés Bello con un pequeño fragmento de su incomparable Silva a la Agricultura de la Zona Tórrida:

… “Ya de lo que antes era 

verdor hermoso y fresca lozanía, 

solo difuntos troncos, 

solo cenizas quedan; monumento 

de la lucha mortal, burla del viento. 

Mas al vulgo bravío 

de las tupidas plantas montaraces, 

sucede ya el fructífero plantío 

en muestra ufana de ordenadas haces. 

Ya ramo a ramo alcanza, 

y a los rollizos tallos hurta el día; 

ya la primera flor desvuelve el seno, 

bello a la vista, alegre a la esperanza; 

a la esperanza que riendo enjuga, 

del fatigado agricultor la frente, 

y allá a lo lejos el opimo fruto, 

y la cosecha apañadora pinta, 

que lleva de los campos el tributo, 

colmado el cesto, y con la falda en cinta, 

y bajo el peso de los largos bienes 

con que el colono acude, 

hace crujir los vastos almacenes……”

Felicitaciones amigos de la promoción de Ingenieros Agrónomos José L. Damas.