Jesús Pérez P
Para nosotros, los ingenieros agrónomos y,
en general, para los productores del campo, mayo debe ser considerado como
nuestro mes representativo, por cuanto en él se inician las lluvias y, por
ende, el inicio de las siembras de los principales rubros en todo el país, en
especial, los cereales. Ya de por sí, celebramos el Día del Ingeniero Agrónomo
el 7 de mayo.
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Nuestra fundación “José L. Damas” reúne a un
importante número de integrantes de la Promoción de Ingenieros Agrónomos José
L. Damas, que sobrepasa los 56 años de amistad y compañerismo; sin embargo,
seguro estoy, que desconocemos muchos de los eventos que han marcado sus vidas.
Contando con un boletín informativo mensual, propongo, que se abra una sección
en la cual los miembros de la Fundación puedan expresar vivencias y anécdotas personales
que consideren de interés.
En mi caso particular, compartiré con ustedes,
eventos que me han ocurrido en los últimos 55 años y todos durante el mes de
mayo.
Mayo 1963. Feliz, por el inicio del 2°
semestre de la carrera y “liso”, al igual que muchos de ustedes.
Mayo 1966. Conocí en CEPROARAGUA a la Sta.
Sulma Amair, quien acompañaba a la familia del colega Nelson Pérez Pérez
(QEPD), de quien, en la facultad, muchos creían que era mi hermano. Contraería
nupcias con Sulma en agosto de 1968.
Mayo 1, de 1968. Visita, con el colega Pedro Juan
Rodriguez, al Sistema de Riego Rio Guárico, como primer día de trabajo como
profesional.
Mayo 23, 1968. Acto de grado de la Promoción de
Ingenieros Agrónomos José L. Damas, y entrega del parque José L. Damas a las
autoridades de la UCV-Facultad de Agronomía.
Mayo 4, 1976. Nacimiento en Maracay de mi hija
Karina Elizabeth, hoy Ing° Químico residenciada en Barcelona, España.
Mayo de 1981. Permiso del MARNR para formar
parte del Comité Organizador de los Juegos Bolivarianos en Barquisimeto en
calidad de Gerente de Alimentación.
Mayo 7, 1987. Inicio de labores como Gerente
Agrícola en JUCONASA-Cabudare (Yukery), bajo la coordinación del colega Germán
Briceño.
Mayo 23, 1999. Acto de grado de ingeniero
químico, egresada del Politécnico Antonio Jose de Sucre, de mi hija Karina
Elizabeth, con la 2da mejor nota de la promoción.
Mayo 23, 2006. Nacimiento en Puerto Ordaz de mi
nieta Camila Andrea, hija de Karina.
Además de esos eventos de carácter laboral y
social, en el transcurso de esos años, hubo dos (2) eventos que pudieron haber
sido trágicos debido a su magnitud; pero, gracias a Dios, hoy tengo la fortuna
de poder contarlos.
Mayo 05, 2005. Accidente vial en la vía Barquisimeto-Duaca. Todo ocurrió en viaje
de regreso hacia Barquisimeto en compañía de mi hijo Jesús Ricardo, quien manejaba
un Accen, modelo 2005. En dirección Barquisimeto-Duaca, frente a la fábrica de
cemento, existe un distribuidor a nivel para la entrada de vehículos y gandolas
a la cementera, con un semáforo y luces preventivas de aproximación. Nosotros
veníamos a exceso de velocidad en el momento en que una gandola comenzó a
atravesar la vía y a pesar del intento de frenar no se logró y le llegamos a la
gandola, incrustándose el carro hasta el nivel del parabrisas bajo la
plataforma de la gandola, con la suerte de que el impacto fue exactamente
delante del cajón del caucho de repuesto y el mismo enderezo nuestra posición
quedando al final paralelos a la gandola.
Como resultado, el seguro dio pérdida total
del vehículo. En cuanto a nosotros, los daños fueron mínimos, sin heridas que
lamentar, pero moral y psicológicamente afectados. Demás está decir, que los
últimos 20 o 30 metros (uno o dos segundos) en esa situación de terror, en lo
único que se piensa es en el final. Honestamente, no puedo decir quien fue más
imprudente, si mi hijo o el conductor de la gandola, ya que, si bien íbamos muy
rápido, el semáforo estaba intermitente y había muy poco tráfico.
Mayo 18, 2008. Accidente en Avioneta. El 18 de
mayo de 2.008, en viaje en avioneta de Barquisimeto a Puerto Ordaz, en compañía
de mi yerno Ing° Aeronáutico Pablo Pimentel (piloto), para celebrar, en Puerto.
Ordaz, el cumpleaños de mi nieta Camila Andrea y los aniversarios de graduación
de mi hija Karina y del mío (todos el 23 de mayo). Luego de unas horas de vuelo
y a la altitud de 10.000 pies se observó fuertes lluvias y tormenta eléctrica
hacia la zona de Puerto Ordaz, por lo que mi yerno decidió que lo aconsejable
era aterrizar en un aeropuerto al sur del estado Anzoátegui, esperar que pasara
la lluvia y luego continuar el viaje. Durante el tiempo de espera en el
aeropuerto la lluvia fue intensa. Aproximadamente a las 5 y 45 pm. iniciamos
nuevamente el vuelo y minutos más tarde mi yerno le comunicaba a la Torre de
Control nuestra posición, que teníamos problemas con ambos motores y que
perdíamos altura. Por mi posición, en el asiento del copiloto, pude observar
que volábamos paralelo a la autopista que comunica con el puente nuevo sobre el
Río Orinoco y se lo dije al piloto, quien inició un viraje para intentar aterrizar
sobre la autopista, a sabiendas de lo peligroso que eso representaba. Volábamos
sobre la siembra de pinos y la pérdida de altura era grande, con el
inconveniente de que no ves el suelo debajo de la avioneta y, por lo tanto, no
ves a que altura estás de los pinos La avioneta planeó sobre los pinos, por su
flexibilidad, hasta que nos detuvo un árbol y ahí caímos aparatosamente, el
motor delantero quedó 1/2 metro enterrado.
Ambos tuvimos fracturas en la columna. La
fractura de la vértebra de mi yerno le intervino la médula y quedó con
parálisis por debajo de la cintura. En mi caso la fractura no intervino la
médula y pude salir del avión. El accidente ocurrió a las 5 y 55 pm. Orientado
por lo visto desde el aire y, a pasar de lo denso de la vegetación, con mucha
dificultad caminé y encontré la autopista, llamé a mis hijos y les dije lo
ocurrido. Tuvimos la ayuda de una comisión de la G N y bomberos que entraron al
bosque a las 7 pm y salieron a las 9 pm sin hallar la avioneta, ya que habían
utilizado los cortafuegos. Entraron de nuevo y la hallaron a las 10 pm. El
traslado a Puerto Ordáz fue muy doloroso por cuanto lo hicimos en la plataforma
de un camión, llegando a Puerto Ordáz a la 1 am. Ambos fuimos operados de la
columna con refuerzos de barras y clavos de Titanio. Mi yerno aún permanece en
silla de ruedas y yo con algunas limitaciones de movimiento, pero sin
dependencia.
En los dos accidentes, considero, estuvimos
muy cerca de no poderlos contar y hoy y siempre doy gracias a Dios por
permitirnos continuar nuestros caminos. Nací el 15 de octubre de 1942, pero he
vuelto renacer el 05 de mayo de 2005 y el 18 de mayo de 2008, por lo que debo
agradecer a Dios y celebrar en tres oportunidades.
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