Parque José L Damas. UCV - Facultad de Agronomía

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domingo, 31 de marzo de 2019

EN UNA NOTA: Estamos en Salsa

Pedro García M

Este sugestivo título de esta nueva entrega no tiene nada que ver con la crisis política, ni la de los servicios públicos que nos tienen acorralados. En esta ocasión conversaremos sobre lo que fue un fenómeno musical de la década de los 70, que muchos tuvimos la oportunidad de vivir cuando estábamos pasando por el liceo y la universidad; conversaremos sobre el boom de LA SALSA.

Tal y como acertadamente lo expresa Cesar Miguel Rondón en su obra: “El Libro de la Salsa, Crónica de la Música del Caribe Urbano (1980-2005)”, “la salsa no es un ritmo y tampoco es un simple estilo para enfrentar un ritmo definido. La salsa es una forma abierta capaz de representar la totalidad de tendencias que se reúne en la circunstancia del caribe urbano de hoy; el barrio sigue siendo la marca definitiva”. 

La “Salsa” es algo más que música cubana vieja y es mucho más que un cliché comercial y que un estilo para arreglar la música. Para César Miguel Rondón, esta música nace a partir de la fusión de ritmos caribeños como el son, la charanga, la pachanga, el mambo, el chá-chá-chá y el jazz, géneros que provienen, en su mayoría, de Cuba, considerada la meca de la música latina. 

No hay dudas que la “Salsa” enriqueció con nuevos arreglos, sonoridades, cantantes y agrupaciones musicales diversas, desde sextetos hasta big bands, a la música cubana, a la música del caribe. Esta amalgama de estilos musicales ha sido objeto de cuestionamientos mezquinos y de un puritanismo musical por parte de músicos y críticos ortodoxos que no reconocen su valor cultural y su contexto sociológico: el barrio, su gente, su cotidianidad y sus valores. Por ejemplo, iconos de la música afrocaribeña como Eddie Palmieri e incluso músicos cubanos la descalificaban; para muchos, era música cubana con sonido puertorriqueño y neoyorquino. 

A pesar de estas posiciones poco favorables, somos muchos más los que la valoramos como un sólido fenómeno cultural, como parte de nuestra cultura, a la cual se le debe la difusión, internacionalización y la inmortalidad de la música caribeña que se parió no solo en Cuba, sino en muchos países del caribe. 

Existen muchas hipótesis acerca de la creación del término “Salsa”, una de ellas es que nació en Cuba, alegando ser el creador Ignacio Piñeiro y su disco “Échale salsita”; otra es que nació en Venezuela a través de Federico y su Combo con el disco “Llegó la Salsa”; pero, la versión más aceptada es que fue a través de la voz del locutor Phidias Danilo Escalona, al llamar así a su programa radial “La Hora de la Salsa”, transmitido diariamente por la emisora Radiodifusora Venezuela a las 12 m. El nombre fue aceptado de forma definitiva cuando la Fania hace su película que titula “Salsa” (Rondón, 2007).

La “Salsa” surge como un boom musical en los años 70 en la ciudad de Nueva York, como respuesta del inmigrante latinoamericano ante la avasallante cultura que lo rodeaba, de exaltar sus raíces en cualquier lugar; pero, sobre todo, a no dejarse invadir por una cultura que no le era tan familiar. Así, llegó como una música de protesta que narraba el día a día de una sociedad, sus penas y alegrías. Las líricas de la “Salsa” hablaban de las vivencias del barrio, de aquella continua lucha de mantener viva la cultura latinoamericana, de los cambios y la violencia que se experimentaba; reflejaban la realidad que no sólo se padecía en barrio latino de Nueva York, sino también en cualquier barrio de Puerto Rico, Venezuela, Colombia, República Dominicana, etc. La música salió del barrio para ellos y para el mundo, y así, la “Salsa” llegó a países que se identificaron de inmediato con los temas que conformaban su variado repertorio. 

Algunos autores señalan como un elemento fundamental en el surgimiento de la “Salsa” el papel de los músicos puertorriqueños y su cultura, tanto en la isla de Puerto Rico como en su diáspora neoyorquina que, aunque minoría, era numéricamente muy superior a cualquier asentamiento latinoamericano.

La “Salsa” fue consolidada como un éxito comercial en la ciudad de Nueva York en la década de 1960 por músicos de origen caribeño (cubanos, puertorriqueños, venezolanos, colombianos y dominicanos) e inclusive de origen estadounidense, aunque sus raíces se remontan a décadas anteriores en países del Gran Caribe. 


El músico Eduardo Morales define la “Salsa” como “un nuevo giro de los ritmos tradicionales al son de la música cubana y la voz cultural de una nueva generación, una representación de la identidad cubana e hispana en Nueva York”.

Por su parte, Willie Colón definió la “Salsa” como “la suma armónica de toda la cultura latina”. La palabra “Salsa” para designar la música hecha por los «latinos» en Estados Unidos, comenzó a usarse en las calles de Nueva York a finales de los años 1960 y principios de los 1970 y se expandió a partir de los finales de los años 1970.

El sello disquero Fania Records le dio el espaldarazo definitivo a la “Salsa” al grabar y distribuir los discos de la gran mayoría de las estrellas salseras de los años 1970, entre los que destacaban músicos y cantantes de la talla de: Ray Barreto, Willie Colón, Johnny Pacheco, Rubén Blades, Héctor Lavoe, Ismael Miranda, Cheo Feliciano, Ricardo Ray y Bobby Cruz, y artistas invitados como Tito Puente, Celia Cruz, y Eddie Palmieri, entre otros. 

El 26 de agosto de 1971 se puso en escena un concierto en el salón de baile Cheetah, donde se estableció la Salsa como marca. Se produjo un documental del concierto en el Cheetah, “Nuestra Cosa Latina”. 

La “Salsa” no fue un movimiento que se destacara por tener pocos exponentes, al contrario, su proliferación artística se hizo más extensa a medida que fue evolucionando. Nuevos instrumentos y nuevos métodos y formas fueron adaptados a la “Salsa”. Nuevos estilos aparecieron como las canciones de amor de la “Salsa Romántica”, posiblemente el más pobre y cuestionado de los productos y que, para muchos melómanos, se distinguió de la “Salsa Dura”. 

La “Salsa” ha sido a través del tiempo enriquecida y consolidada con otros géneros de música popular como el rock, el rap, el ska, la bachata, el bolero, la cumbia, el bossa nova y hasta con las famosas rancheras mexicanas; no obstante, su esencia, su raíz principal es el son cubano; mientras tanto, la salsa se convirtió en parte importante de la escena musical de Cuba, Puerto Rico, Colombia, República Dominicana, Venezuela, Panamá y lugares tan lejanos como Japón. 

Con la llegada del siglo XXI, la “Salsa” se ha convertido en una de las formas más importantes de la música popular en el mundo.

Como no existe música sin sus creadores e intérpretes, de ellos hablaremos en la próxima entrega. ¡¡¡Llegó la Luz!!! Hasta la próxima

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