Parque José L Damas. UCV - Facultad de Agronomía

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martes, 1 de enero de 2019

LA PANTALLA DE VIERA


Ing° Agr° Julio Viera
Quiero empezar con dos aclaratorias. La primera es sobre lo que escribiré a continuación; me referiré a la pantalla de cine, aunque en algunas oportunidades haré mención de las otras; con esto le respondo, de una vez, a quien pueda preguntar: ¿Y a cuál pantalla se referirá? La segunda es una pregunta que yo me hago: ¿La cinefilia será una adicción (o afición) o una enfermedad (aunque a muchas adicciones se les considera enfermedades)? Yo prefiero aceptarla como lo primero. En caso de que sea lo segundo, en mi caso debe haber sido congénita, porque la empecé a padecer muy temprano. En todo caso, me considero cinéfilo y de allí mi deseo de tocar este tema.
Algo que ayudó a mi gusto por el cine fue la ubicación muy privilegiada de mi casa, vivíamos a una cuadra de uno llamado “El Rosal”. Nuestra casa quedaba en la Carrera 13 cruce con la Calle 42 y el cine en la misma carrera, pero en la esquina de la Calle 43. Por cierto, esa casa también quedaba a una cuadra del Parque Ayacucho.

El Rosal era propiedad de Napoleón Lucena, director de la Orquesta Mavare y autor del bambuco “Endrina”, el cual, junto con el vals “Como llora una estrella”, de Antonio Carrillo y la canción “Noches larenses”, de Juan Ramón Barrios, han sido considerados como segundos himnos del estado Lara.  Cada vez que iba a empezar la función, sonaba “Endrina”; de esa manera, nosotros nos íbamos al cine cuando la oíamos porque sabíamos que luego venían los comerciales.
En esta columna trataré de ofrecer un breve recorrido por varios aspectos relacionados con el cine; empezaré con las pantallas, luego los cines, las películas y finalmente la música que acompañaba a algunas de las películas que me gustaron.
II. LAS PANTALLAS
Hay que reconocer que a través de ella le ha llegado a la humanidad la mayor cantidad de diversión; la del cine fue sólo la primera y debe haber llegado a Venezuela en la década de los veinte. La segunda, la del televisor, llegó en 1953; en ese tiempo pocas familias tenían televisor, recuerdo que como 2 años después, mis amigos y yo visitábamos casi todas las noches a algunas de esas familias y ellos organizaban las sillas como si fuera un cine y, en muchas ocasiones, nos ofrecían café. En Barquisimeto, sólo se veía una televisora, Radio Caracas Televisión (canales 2, 7 y 10). Nuestros programas favoritos eran “Patrulla de Caminos”, “Papá lo Sabe Todo”, “La Ley del Revólver” y “Disneylandia”. La segunda televisora comercial, Televisa (canales 4, 6 y 9), llegó a Barquisimeto como en 1959, uno de sus mayores atractivos fue la “Lucha Libre”. La tercera televisora, también comercial, fue Cadena Venezolana de Televisión (canal 8) y comenzó hacia mediados de los años sesenta. El único canal oficial, el 5, llamado Televisora Nacional, prácticamente no se vio en Barquisimeto. En 1974, el canal 8 fue adquirido por el gobierno y lo llamaron Venezolana de Televisión.
Un cambio muy importante se produjo en 1980, llegó la televisión a color.  Aunque la televisión tenía una programación muy variada, porque incluía musicales, deportes, comedias, dramáticos, noticias y películas de corto metraje, también empezaron a presentar cine. Al principio a partir de las 11 pm, luego más temprano y después en horas de la tarde.
La pantalla de la computadora apareció en los 70, como parte de una herramienta de trabajo, luego empezaron a incorporarle juegos, después con la llegada del Internet se convirtió en un medio de comunicación y, finalmente, también incorporó al cine. De esta manera, los cinéfilos tuvimos otra forma de disfrutar las películas de largo metraje.
La cuarta pantalla, la del teléfono, llegó en los noventa, como un simple medio de comunicación. El aparato era muy grande y la pantalla muy chiquita, pero le fueron agregando aplicaciones y la pantalla fue ocupando la mayor parte del aparato. Así también se preparó para recibir cine.
Cuando ya no se esperaba otra pantalla, apareció la tableta en la primera década del presente siglo. Este equipo también sirve para ver películas. Sin embargo, hay que destacar que, a pesar de los medios que se han inventado para disfrutar de las películas, las salas de cine siguen siendo muy visitadas.  Será por el ambiente, por lo grande de las salas o por la amplitud de la pantalla, pero los cines siguen teniendo muchos espectadores. Venezuela es, ahora, una excepción por la pérdida del poder adquisitivo de nuestra gente.
En general, las pantallas crecieron para el mayor deleite de los espectadores. La de cine lo hizo principalmente en el ancho hasta alcanzar la panorámica sobre la cual se proyectaba el cinemascope. Las de TV en los 2 sentidos, ancho y alto, y, actualmente, pueden ocupar buena parte de una pared. Las de la computadora también en los 2 sentidos, pero se estabilizaron más rápido. Las del teléfono crecieron en altura porque la pantalla se puede mover en el sentido horizontal para aumentar el ancho

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