Ing° Agr° Rafael Benitez L
Si..., efectivamente, hubo una vez una "CHINCHE ROSA". Pero, no podría desarrollar esta breve reseña sin antes hacer legítima alusión, a la reciente celebración del Cincuentenario de la Promoción de Ingenieros Agrónomos "José L Damas", de la Facultad de Agronomía de nuestra memorable Alma Mater, la Universidad Central de Venezuela, a cuyos actos centrales fui amablemente convidado.
Tal circunstancia me dio la formidable oportunidad de disfrutar con evidente satisfacción, del ambiente festivo derivado del reencuentro con antiguos condiscípulos y colegas, con quienes no compartía por muy largo tiempo; en el cual, en esta edad de retiro obligado, me vi prácticamente conducido sobre una suerte de montaña rusa de gratas emociones y sentimientos encontrados; que, a pesar del esfuerzo, me eran realmente difíciles de ocultar, sobre todo cuando la agrupación coral invitada, finalizó los actos protocolares interpretando las estrofas del glorioso himno de "LA CASA QUE VENCE LAS SOMBRAS"; lo cual, con seguridad, a toda la audiencia conmovió.
Bajo tales circunstancias, particularmente a mí, acudieron un sinnúmero de recuerdos; entre ellos destaca aquel que trae a mi memoria el restringido ceremonial, de escasa solemnidad, que rodeó mi acto de graduación, efectuado fuera del recinto universitario sin la tradicional participación del Orfeón, por la inestabilidad política que afectaba la UCV en aquellos momentos, como secuela de la extensa intervención gubernamental a finales de la década de los años sesenta.
Todavía con hondo pesar, en ese momento, rememoramos también la tragedia de "Las Azores", donde desapareció gran parte del tan extraordinario y familiar coro de voces universitarias; cruel noticia que, como a toda Venezuela, nos dejó ingratamente impresionados, y que captara inesperadamente en la radio (con fondo del himno de la UCV), muy temprano en la mañana del 3 de septiembre de 1976, en compañía de mi esposa Irma†, en la hacienda en campos larenses cercanos a Carora, donde laboraba para aquel entonces.
Ya en casa, agotado después de tan estupenda jornada de festejos, reflexionando y recapitulando sobre lo vivido recientemente, me vino a la mente una frase propia de un autor latinoamericano, que más o menos dice: "El secreto del disfrute de una vejez tranquila y feliz, no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad y con los recuerdos, donde se ignoran los espejismos de la nostalgia que nos hace presa fácil de la cruel realidad".
Retornando al título original de esta crónica, que no es consecuencia de una confusión o desliz gramatical, insistimos que en cierta oportunidad apareció publicada una "CHINCHE ROSA" y no "ROJA", producto de una situación singular de "fatiga general" que se propagó dentro del equipo responsable del periódico mural, que retrasaba la publicación de un nuevo número y amenazaba con una eventual desaparición del medio de comunicación; por lo cual asumimos la responsabilidad personal de editarlo, acudiendo a la colaboración desinteresada de estudiantes regularmente no involucrados en tales oficios; entre ellos, mis compañeros de la residencia estudiantil de la "Ayacucho Norte número 57" encabezados por Julio "Coporo" Molina, acompañados excepcionalmente por estudiantes del grupo del "Clan", integrado fundamentalmente por Silvia, América, Miriana† y Esperancita†, entre otros.
El contenido de tan novedosa edición del periódico, es ya imposible de precisar; pero alcanzo a recordar que el resultado de tal experiencia fue indudablemente satisfactorio. Sin embargo, como era de esperarse, el tratamiento dado a la dirigencia estudiantil, profesores y políticos, no afectos a los promotores originales de la "LA CHINCHE", fue tildado de excesivamente blando o muy diplomático, comedido o "ROSA". Por lo tanto, los responsables directos del periódico recuperaron con premura el control del mismo, retomando el tratamiento rígido y "urticante" contra adversarios y ciertos factores de poder en aquellos tiempos.
Es justo mencionar en esta oportunidad, que se cumple en estos días un aniversario más de la sensible desaparición de nuestro compañero de estudios Héctor Serrano Dávila†, mejor conocido como "Cara e' Caballo", consecuente colaborador de la "CHINCHE ROJA", y quien era un notable artista autodidacta en lo que a diseño, dibujo y fotomontaje se refiere. Nacido en "El Guarataro", en la parroquia San Juan de Caracas (al igual que nuestros insignes poetas y humoristas Aquiles y Aníbal Nazoa), y egresado del liceo Caracas, estuvo un buen rato entre nosotros en la Facultad de Agronomía, donde compartió habitación con Douglas "Gordo" Figueroa en la Residencia Estudiantil de O.B.E, dentro del Campus de la UCV Maracay
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