Parque José L Damas. UCV - Facultad de Agronomía

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miércoles, 2 de diciembre de 2015

DESTELLOS DE LA MEMORIA. PARTE I

Julio Viera Diaz

Hay momentos en la vida que dejan marcas muy importantes y, en muchos casos, cambian por completo nuestro rumbo. Esa es la situación que se le presenta a un joven que deja una ciudad para continuar estudiando en otra. Sobre todo, el primer año causa mucho impacto porque incluye varios procesos novedosos como la búsqueda de residencia, la aparición de acompañantes, formas diferentes de estudio y diversas maneras de entretenimiento. Una breve mirada de lo que viví en ese tiempo es lo que trataré de contar en lo párrafos siguientes. 


I. Inscripción en la Facultad de Agronomía 

Este proceso tuvo 3 etapas: en la primera, se entregaban los documentos en Caracas, creo que fue en septiembre de 1962, como era menor de edad tuve que ir con mi papá (QEPD). La segunda, en Maracay, entre octubre y noviembre del mismo año. Vine con un amigo y nos tocó caminar bastante. Como no conocíamos la ciudad, empezamos a preguntar y, aunque pasamos por la parada de los carros que iban para El Limón, nos fuimos caminando por la Av. 19 de Abril. La avenida de la entrada al Núcleo de la UCV nos impresionó mucho por la presencia de unos árboles que no conocíamos (los llamaban flamboyanes), estaban en floración y mostraban pétalos de un anaranjado muy intenso. En esta oportunidad entregué algunos documentos en Control de Estudios y en la Organización de Bienestar Estudiantil (OBE). Acá en OBE me atendieron muy bien y me dijeron que por mis notas de bachillerato yo podía optar a una beca y a un cupo en la residencia estudiantil.

II. Llegada a Maracay 

Mudarse a otra ciudad es como iniciar una nueva vida; eso pensaba yo cuando trataba de dormir la noche del sábado 5 de enero de 1963. Esa noche, algunos familiares y amigos se reunieron en mi casa para ofrecerme una sencilla despedida. La pasé muy bien, aunque de mi mente no se apartaba la idea de que al día siguiente iba a dormir en Maracay. Aparte de la visita que hice para la inscripción, mi recuerdo de esa ciudad era muy vago. Había pasado vacaciones en Valencia y Caracas y la atravesábamos pero nunca nos deteníamos allá. Al día siguiente, salimos de Barquisimeto, como a las 10 am, en un autobús que entraba a casi todos los pueblos intermedios; el viaje duró como 7 horas. En ese tiempo no existían las autopistas de Barquisimeto a Urama y de El Palito a Valencia. Casi a las 5 pm, me baje del autobús en el Terminal ARC que quedaba en un pasaje entre la Av. 101, Santos Michelena, y la Calle 101, Soublette. Leer artículo completo siguiendo el vínculo

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